Tras casi 15 años de colaboración con Mario Mazzetti y MM, Alfonso Morini se estableció por su cuenta en septiembre de 1937. Abrió así una pequeña empresa en Via Malvasia, en Bolonia, donde en enero de 1938 comenzó a fabricar triciclos motorizados de 350, 500 y 600 cc. Una elección dictada por las condiciones de la época, ya que los vehículos de tres ruedas de origen motociclista gozan de exenciones fiscales, no requieren permiso de conducir y cuestan un tercio de los camiones. La fiabilidad y el buen rendimiento empiezan a dar a conocer la joven empresa boloñesa. Para la parte técnica, contrató a Dante Lambertini, Gino Marchesini y Dolcino Veronesi, que serían figuras clave cuando la empresa se dedicó al motociclismo después de la guerra, abandonando los triciclos motorizados.